domingo, 13 de diciembre de 2015

Fiesta de Navidad

Este sábado tuvimos la fiesta de Navidad con los padres. Cantamos villancicos y merendamos el tronco y panetone que habíamos hecho en las clses de cocina anteriores.
Os deseamos a todos: ¡Feliz Navidad!
 

domingo, 6 de diciembre de 2015

Preparamos la Navidad

El viernes en la actividad hicimos una bola y pastas navideñas para colgar en el árbol



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Después tuvimos taller de valores y con un juego muy divertido aprendimos el valor de las personas más débiles y cómo ayudarlas.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Bienvenida a las nuevas voluntarias

Hoy hemos recibido a Nerea, Leyre, Janire y Miren que van a ayudar en las actividades.
Hemos hecho magdalenas con aire de cumpleaños para celebrar el cumple de Gissel y después hemos jugado un rato.



viernes, 30 de octubre de 2015

Aprendiendo costura

En la actividad de hoy, Mª Asun nos ha enseñado a coser y hemos empezado a confeccionar nuestro propio estuche.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Concurso de tortillas

Hoy hemos hecho tortillas de patata por equipos. Los dos equipos lo han hecho genial y la deliberación final del jurado ha sido:
- Equipo azul: riquiiisima, pero un poco seca
- Equipo rosa: bueniiisima, pero un poco sosa.
Lo hemos celebrado con la degustación de las tortillas



miércoles, 21 de octubre de 2015

Cuento del mes

Seguro que estábais esperando el cuento del mes, sentimos no haber publicado ninguno el mes pasado y esperamos que disfrutéis con éste:




EL REY INFELIZ

 

            Erase una vez un rey muy poderoso que tenía muchas tierras y muchas riquezas. Pero tenía una desgracia: no era feliz.

            Un día, cansado de buscar la felicidad, hizo enviar un mensajero para hacer un llamamiento a toda la gente de su reino. Daría gran parte de sus riquezas a quien le consiguiera traer la felicidad.

            Un día llegó un mercader con muchas telas preciosas y le ofreció los mejores trajes del mundo. Al principio, el rey se emocionó, pensando que vistiendo con esos trajes sería el rey más elegante y así conseguiría la felicidad. Pero después de un tiempo vistiendo lujosos vestidos y ser la envidia de los reyes vecinos, éstos le dejaron de hablar y se convirtieron en sus enemigos. Entonces, le empezó a invadir de nuevo un sentimiento de insatisfacción y tristeza.

            Más tarde, llegó un piloto de avión y le ofreció recorrer el mundo entero viajando con él en su avión. Conocería lugares desconocidos y bellos y conseguiría ser feliz. Se montaron en el avión y visitaron países exóticos, disfrutaron de paisajes maravillosos… Pero con el tiempo, empezó a echar de menos su castillo y su cama y sus tierras y volvió a invadirle la infelicidad.

            Pasado unos días, llegó un cocinero y le ofreció los mejores manjares. Disfrutó saboreando platos exquisitos y suculentos. Cada día, el cocinero le sorprendía con nuevos platos. Pero al pasar el tiempo, empezó a ponerse gordo y se volvió a sentir infeliz.

            Entonces, llegó un hombrecillo un tanto extraño que le ofreció una solución muy curiosa: le regaló unas gafas mágicas con la condición de que mirara a las personas que tenía a su alrededor. Encontraría algo en ellas que le daría la felicidad. Al principio, el rey se mostró un poco desconfiado, pero el mago le prometió que volvería al día siguiente y si la receta no hubiera dado resultado se llevaría las gafas sin ningún compromiso. Por fin el rey aceptó y cogió las gafas.

            Llegó el día siguiente. El rey, al levantarse por la mañana, se colocó las gafas y cuando llegó su mayordomo a vestirle, no tuvo más remedio que empezar a poner en práctica el consejo del mago. Miró a su mayordomo con curiosidad de arriba abajo buscando algo que le pudiera dar el mayordomo y que le trajera la felicidad. Fue observándole con detenimiento y entonces, descubrió que su mayordomo tenía los zapatos viejos y raídos.

    ¿Cómo tienes así los zapatos? ¿No tienes dinero para comprarte un calzado digno de mi reino?— Preguntó el rey.

    Bueno, la verdad es que el salario que me paga su majestad no es suficiente para sacar adelante mi familia y mi mujer no tiene trabajo. Tengo cuatro hijos, uno enfermo y otro en la universidad y…

    ¿Cómo es posible? A partir de ahora te subiré el sueldo al doble. Y a tu hijo, que le vea el mejor médico del reino.

    Gracias, muchas gracias— Contestó el mayordomo sorprendido.

    Bien poco me va a dar este hombre que casi no tiene para vivir. —Pensó el Rey. Se ajustó las gafas y salió de su habitación con intención de seguir buscando.

            Bajó a desayunar y se encontró con la cocinera que estaba preparando el desayuno cantando a pleno pulmón.

    Buenos días, parece que está muy contenta- Le dijo el rey.

    Buenos días, su majestad. Bueno la verdad es que me gusta mucho cantar, pero contenta, contenta. Realmente, lo que me haría feliz sería poder cantar en la ópera.-

    ¿Y qué se lo impide? — Preguntó el rey.

    Pues que tengo que estar aquí trabajando para servir a su majestad.

    ¿Cómo, sólo eso? No se preocupe, váyase tranquila, seguro que la mujer del mayordomo no le importará sustituirla.-

            Y se marchó la cocinera cantando de alegría. El rey se quedó pensando que aquella mujer tampoco le podría dar la felicidad si se marchaba de su castillo y salió al jardín para dar su acostumbrado paseo en caballo por sus tierras. Llegó el encargado de prepararle el caballo y al fijarse en él se dio cuenta de que no era su encargado habitual:

    Buenos días. Usted no es el mismo de siempre ¿verdad? ¿dónde está mi encargado?

    Pues verá, su encargado es mi abuelo, que ya está muy mayor, ha caído gravemente enfermo y he venido yo a sustituirle.

    Vaya, ¿y dice que está grave?

    Sí, bastante, y me dijo que su último deseo era poder despedirse de su majestad.

    Pues iré a verle, quizá él tenga una cosa importante para mí.

            El rey se montó en su caballo y se marchó rápidamente a ver a su encargado. Al llegar a su casa, el hombre le agradeció profundamente su visita. Se alegró mucho y muy emocionado, dio su último aliento y se murió.

            Entonces el rey pensó: — Vaya, otro que no va a poder darme nada—Y salió de la casa apenado en dirección a su castillo.

            Por el camino de vuelta, comenzó a recapacitar en todos los acontecimientos del día, un poco contrariado por el poco efecto de las gafas. Empezó a pensar en el mayordomo y su mujer ¿estaría contenta con su nuevo trabajo? .Se imaginó a la alegre cocinera cantando a pleno pulmón en la ópera .Y se acordó de su encargado que había muerto feliz por su visita. ¿Y yo?...

Al día siguiente volvió el mago:

    Bueno. ¿qué tal, han tenido efecto las gafas? ¿me las va a devolver?

    Pues sí, le voy a devolver las gafas. Pero porque ya no me hacen falta. He descubierto que era un infeliz porque buscaba por encima de todo mi felicidad, sin preocuparme para nada de los demás. Sin embargo, al buscar la felicidad de los demás, sin darme cuenta, he encontrado la mía.

FIN

Natillas con copete

Hoy en la clase de cocina hemos hecho natillas y las hemos decorado con merengue.



viernes, 11 de septiembre de 2015

Copas de yogur creativas

Hoy, las chicas del proyecto nos han sorprendido creando sus propias copas de yogur con cereales. Os colgamos las fotos. Podeis comentar la que más os gusta.

 



jueves, 10 de septiembre de 2015

Excursión a Torreciudad

El sábado 5 de septiembre estuvimos en la jornada mariana de las familias en Torreciudad. Disfrutamos un montó y esperamos repetir el año que viene.


COMIENZO DEL CURSO 15-16

Ayer abrimos el curso con la clase tradicional de los miércoles para madres e hijas. Trabajamos con el hojaldre e hicimos pastelillos de crema de limón y frutas y unos riquísimos lazos.
Más adelante colgaremos el vídeo en la sección "cocina tú mismo" para que podáis recordar el modo de hacer.




jueves, 6 de agosto de 2015

Cuento del mes

Os publicamos el cuento del mes de agosto. A ver si os gusta.



LA NIÑA QUE NO CONOCÍA EL MIEDO
Luci era una niña a la que le gustaban mucho las aventuras e investigar nuevos lugares. No tenía miedo de subirse a los árboles para ver de cerca a los pájaros en sus nidos ni de adentrarse en las cuevas con afán de encontrar sitios desconocidos o algún tesoro por descubrir. Su madre le decía:
—Luci, parece que no conoces el miedo. Cualquier día te va a ocurrir algo. Ten más cuidado.
Pero Luci no conseguía entender las palabras de su madre, porque para ella todo era emocionante y no se podía imaginar qué cosas malas le podían pasar.
Un día pensó:
—¿Cómo será el miedo? Me encantaría conocerlo.
Pinchó en internet y puso: “miedo”. Navegó por la red hasta que consiguió averiguar que según una leyenda, el miedo era un ser que vivía en un bosque llamado “el bosque terrorífico” y que nadie había visitado desde hacía muuuchos años. Además, por suerte, según el GPS, no estaba muy lejos de su casa. Cogió la mochila con unas cuantas provisiones y un saco de dormir y se fue en busca del miedo.
Caminó todo el día hasta llegar al bosque donde había un gran cartel que decía: “Bosque terrorífico. No pasar, da muucho miedo”. Sin pensarlo dos veces se adentró en él. Los árboles no tenían hojas, los trocos estaban retorcidos y tenían bultos como verrugas. Ya estaba anocheciendo y decidió abrir su saco y meterse a dormir debajo de uno de esos horribles árboles para seguir la búsqueda al día siguiente.
Pero cuando estaba a punto de meterse en el saco escuchó una lechuza: uh, uh… Y vio unos ojos que le miraban fijamente. Luci en vez de asustarse le iluminó con su linterna y la lechuza le habló:
—¿Pero niña qué haces? ¿No te asusta mi presencia?
Luci le contestó:
—¿Asustarme? ¿Por qué? Tienes cara de buena.
—¿Qué haces aquí en el bosque? ¿A dónde vas?
— Estoy buscando al miedo, me haría mucha ilusión conocerlo.-
—¡Pero estás loca! ¿No sabes que el miedo es terrorífico y que nadie lo ha visto desde hace muuuchos años?
—Sí, pero eso no impide que lo pueda conocer. ¿Seguirá viviendo en el bosque?
—Creo que sí, a veces me ha parecido ver humo de una chimenea. Dicen que come niñas asadas. Ja, ja.
—Eres tonta, seguro que no es verdad. Pues mañana emprenderé de nuevo el camino.
—Bueno, pues que tengas suerte, niña
—¿Me podrías acompañar allí?
—¿Acompañarte? Bueno, acompañarte sí, pero no voy a entrar a ese lugar, me da muuucho miedo.
—Bueno vale, mañana, en cuanto amanezca nos pondremos en camino.
A la mañana siguiente, la lechuza y Luci emprendieron la marcha por el bosque hasta llegar a una casa terrorífica. El tejado estaba medio derruido y todo lleno de telarañas. La lechuza se despidió y Luci se acercó a la puerta. Tocó: pon, pon.
            De pronto se abrió la puerta con un terrorífico chirrido. Luci entró despacio preguntando
             —¿Hay alguien? Pero no se oía nada. Volvió a preguntar:
            —Buenos días ¿vive aquí el miedo?
            Entonces se oyó una voz muy grave que decía:
            —¿Quién anda ahí?
            —Hola, soy Luci, he venido a conocerte. Déjate ver y podremos hablar mejor.
Se abrió una puerta y salió un duende con un gorrito rojo y pantuflas de colores. La voz cambió el tono y se hizo más aguda y agradable:
            —¿Conocerme? Nadie ha venido aquí desde hace muuuchos años. Has sido muy atrevida acercándote hasta aquí.
            Luci le dijo:
            —¡Pero si no eres tan terrorífico, incluso hasta tienes cara de bueno! ¿Quieres que seamos amigos?
            —¿Amigos? Hace muuchos años que a la gente le doy miedo y en cuanto me sienten salen corriendo. Nunca he tenido amigos. ¿Cómo se hace un amigo?
            —Pues podemos jugar juntos y compartir aventuras. Yo podré venir a verte de vez en cuando y así pasaremos la tarde juntos.
            —Vale, ¿y podré ir yo también a verte?
            —Vale y te presentaré a mis amigos.
            —¡Pero se irán corriendo!
            —No te preocupes, yo les explicaré que cuando sientan miedo es que eres tú que vienes a verles para hacerte amigo suyo.
            —Vale.
Y desde entonces Luci y el miedo fueron muy buenos amigos y consiguieron que muchos más niños también se hicieran amigos del miedo.         

FIN