Espero que os guste
LA ESTRELLA Mª PAZ
Erase una vez un pueblo donde no
tenían paz. Las familias estaban enfadadas unas con otras por envidias y
enfrentamientos. Ni siquiera se saludaban por la calle. Y hasta los niños
peleaban en el recreo un día y otro y no sabían jugar.
Debido a las disputas y riñas entre
la gente, la luz había desaparecido en el pueblo. Las farolas se habían ido
apagando, las lámparas ya no iluminaban, y ni siquiera lucían las velas ni las
chimeneas. Cualquier vela que se encendía, en cuanto empezaban a discutir entre
ellos se apagaba. Sólo tenían durante el día la luz del sol, que cada vez lucía
con menos intensidad. Las flores estaban perdiendo sus colores y las mariposas eran
de color grisáceo.
Una noche, uno de los habitantes del
pueblo salió de su casa a tomar el aire y descubrió en su jardín algo que
brillaba. Se acercó y vio una especie de hada pequeñita y brillante que emanaba
luz:
- Hola ¿Y tú quién eres?
-
Hola, soy una estrella y me llamo Mª Paz.
He visto desde allí arriba que estabais a oscuras y he pensado que os
podría ayudar.
-
¡Qué maravilla! ¡Ojalá recuperáramos la
luz y la paz entre nosotros! Cada vez se hace más insoportable vivir aquí. Es
casi imposible acabar el día sin haber reñido con alguien. ¿Y cómo nos puedes
ayudar?
-
Pues tendrás que convencer a todos y
convocarlos en la plaza del pueblo la noche del 31 de diciembre. Ya que esa
noche despedimos el año, es la ocasión perfecta para empezar una nueva vida.
Tendrán que estar dispuestos a perdonarse entre ellos. El resto lo haré yo.
-
¡Es estupendo! Aunque no va a ser fácil.
Pensaré cómo lo hago.
El hombre se puso manos a la obra. Y
se fue por las calles anunciando el acontecimiento:
-
¡Atención, atención! Se hace saber, que
la noche del 31 de diciembre habrá una reunión en la plaza del pueblo para
recuperar la luz. Para ello tendréis que dejar los malos humores y rencores en
vuestras casas y acudir dispuestos a comenzar una nueva vida.
La gente empezó a comentar entre
ella que si estaba loco, que no pensaban reunirse con los vecinos con los que
estaban enfadados y mil escusas más.
Pero llegó la noche del 31 de
diciembre y la estrella Mª Paz voló hasta la copa del árbol más alto de la
plaza, un abeto precioso. Desde allí comenzó a brillar y dar una luz muy
intensa. Movidos por la curiosidad los vecinos empezaron a salir de sus casas y
a reunirse en la plaza.
El hombre se encontró con un vecino:
-
¡Vaya Mariano, tú por aquí! Hace mucho
que no nos vemos.
-Pues sí, la verdad, desde que me echaste
de tu tienda a patadas.
-
Pues claro, te querías marchar sin
pagar. Eres un sinvergüenza.
De
repente, la estrella Mª Paz dejó de brillar y se quedaron a oscuras. Los hombres
se quedaron expectantes hasta que por fin uno de ellos dijo:
- Sí, ya. No debía haberlo hecho, lo
siento.
- Ya, bueno. Yo tampoco debía haber echado
mis basuras en tu jardín. Perdóname.
Y los hombres se cogieron la mano en
señal de perdón. En ese momento, de la estrella Mª Paz empezaron a salir fuegos
artificiales y cohetes. Todo el pueblo se quedó admirado del espectáculo y
comenzaron unos y otros a hacer las paces y a abrazarse.
Una señora muy contenta dijo: ¡Esto
hay que celebrarlo! Y trajo una tortilla de patata. Los niños sacaron sillas
para que sentaran los mayores y la banda del pueblo trajo sus instrumentos y se
pusieron a tocar organizando una gran fiesta.
Las farolas comenzaron a lucir y las
calles se llenaros de luces y estrellas. La paz y la luz volvieron a aquel pueblo.
Y desde entonces, cada vez que discutían, se pedían perdón rápidamente y
volvían a ser amigos.
FIN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario