sábado, 23 de mayo de 2015

Cuentos

Una vez al mes incluiremos un cuento para que disfrutéis leyéndolo.
Hoy publicamos el que contamos ayer:   

"El visor de sueños"






Erase una vez, una aldea donde los habitantes habían perdido la risa. El ambiente era muy serio, nunca se oía reír o cantar. No se podía decir tampoco que estuvieran tristes. Más bien, se habían acostumbrado a hacer siempre lo mismo y no salían de sus rutinas. Vivían a gusto en sus costumbres y vidas tranquilas. Pero nunca había acontecimientos inesperados o eventos nuevos, ni se representaban obras de teatro o conciertos. Y menos, dedicaban tiempo a contar chistes o reír, les parecía una pérdida de tiempo.

            Hasta que un día, se rompió la rutina de la aldea. Llegó un personaje mágico en una carreta. Vestía un traje de mil colores, un sombrero naranja y lo que más llamaba la atención era su sonrisa de oreja a oreja. En lo alto de la carreta llevaba un cartel que ponía “El visor de sueños”. Y se plantó en la plaza del pueblo invitando a la gente a descubrir la maravilla que escondía en su carreta gritando: —¡Pasen y vean la mayor maravilla del mundo nunca vista!

            Los vecinos del pueblo se empezaron a quejar de las voces y ruidos que emitía el señor extraño y pasaban por delante con desprecio y ridiculizando tanta pérdida de tiempo.

            Pasó por allí Igor, uno de los vecinos de la aldea. Atraído por la curiosidad, se acercó a la carreta y preguntó al titiritero qué llevaba allí dentro. El hombre le dijo:     — ¡ah, tienes que entrar para descubrirlo! Sólo te cobraré con una sonrisa a la salida.

            Igor, no dudó en aceptar y entrar por la puerta trasera de la carreta. Abrió la puerta, se introdujo en la carreta y el titiritero cerró la puerta quedándose él solo ante un espejo. Miró el espejo y se vio él reflejado, pero se vio de niño y estaba leyendo un libro de cuentos. Después la imagen se puso a escribir y pudo descifrar que era el relato de un cuento y luego se vio ya mayor en un teatro, rodeado de gente, contando cuentos y disfrutando con el público. Entonces, se abrió la puerta y apareció el hombre con su acostumbrada sonrisa. ¿Qué te ha parecido? ¿Me vas a pagar?

Sí, estoy muy contento. Sonrió Igor. Me he visto en el sueño de mi vida, contar mis propios cuentos, haciendo feliz a la gente. Igor volvió a quedarse serio: — ¿Pero crees que podría hacerse realidad? En esta aldea nadie cree en la risa, sólo hay hueco para las cosas serias.

Sólo tienes que creerlo y serás capaz. Le dijo el hombre extraño.

            El titiritero, ya no tuvo más clientes y tuvo que marcharse de la aldea, pero se iba contento por la visita de Igor. Y cuando atravesaba el puente de salida de la aldea, se cruzó con Igor y le guiñó el ojo en señal de complicidad.

            Igor se quedó pensativo y decidió creerse las palabras del hombre. “Sólo tienes que creerlo y serás capaz”

            Regresó a su casa y comenzó a escribir y a ensayar para ser un buen cuentacuentos. Y cuando ya estuvo preparado, puso un cartel en la plaza del pueblo para convocar a todo el vecindario.

            Llegó la hora de la función y aunque no hubo mucha convocatoria empezaron a llegar algunos curiosos, esperando que Igor les fuera a dar alguna noticia interesante. Igor se puso a contar sus cuentos, pero los vecinos comenzaron a aburrirse y marcharse y el pobre Igor se quedó sólo. Disgustado y triste y empezó a pensar que no servía para nada contar cuentos y que su sueño nunca podría hacerse realidad. Aunque él creía en la magia de los cuentos y no quería darse por vencido. Entonces, vio un niño que se asomaba por detrás de una esquina y tímidamente había estado escuchando su cuento.

¿No vas a seguir contando el cuento?

Pero si a nadie le gusta. Dijo Igor con tristeza.

A mí sí me gusta, y me encantaría saber cómo acaba.

Vale, te lo contaré.

            Igor siguió el cuento, otro niño que pasaba por allí se acercó también y se quedó escuchando, y otro y otro. De pronto comenzaron a reír y a cantar con los cuentos de Igor. Las risas se oyeron por todo el valle y los vecinos se quedaron extrañados. A la vez, les entró una gran nostalgia de cuando eran niños y reían y jugaban. Se dieron cuenta de que habían perdido la alegría afanados en hacer cosas y vivir sin sueños.

            Apareció de nuevo el titiritero con su carreta. Volvió a instalarse en la plaza del pueblo y a invitar a la gente a subir a su carreta. Esta vez comenzó a hacerse una gran cola de gente que daba la vuelta a la plaza, con mayores y niños que entraban en la carreta y salían con una gran sonrisa para pagar al titiritero.

            Desde entonces volvió la alegría a la aldea y los vecinos empezaron a soñar y a hacer realidad sus sueños.



FIN

Magdalena mágicas

Ayer hicimos unas magníficas magdalenas de chocolate con mucha magia.


Concurso

Haz un comentario con el nombre de las plantas que aparecen en las fotos. A los que acierten todas les daremos un premio el próximo viernes
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4.

  

5.

viernes, 8 de mayo de 2015

lunes, 4 de mayo de 2015

¿De quien es la planta más alta?

Los guisantes y las alubias siguen creciendo día a día. Maite ya ha colocado las varas para que  vayan trepando.
¿Llegarán hasta el cielo?





¿De quien es la planta más alta?
Haz un comentario y escribe el nombre de quien pienses que tiene la planta más alta. El viernes daremos un premio a quien haya acertado:
Javier, Gabriela, Favour, Gissel o Anne.



domingo, 3 de mayo de 2015